Debemos
entender que ser estudiante en línea no se debe catalogar como “fácil” o “difícil”.
Cada modalidad de estudia presenta beneficios y retos, y la modalidad en línea
no es la excepción.
Quizá
la característica principal de una persona que pretende estudiar en línea es el
tener la disposición a cambiar. Debe entender que este modelo implica romper
paradigmas, cambiar creencias y costumbres que el estudio presencial nos ha
dejado.
No
es imposible estudiar en línea pero pretende un cambio en la forma de pensar y
desarrollarse, más bien, en la forma en que tomamos al aprendizaje como nuestro
y no que la obtención del aprendizaje depende del profesor.
Entre
los retos más difíciles, a mí parecer, de estudiar en línea, simplemente es el
estar dispuesto a trabajar en desarrollar el sinfín de habilidades que nos
permitirán desenvolvernos de manera adecuada en esta forma de estudio, entre
ellas la comprensión, la autogestión, y administración del tiempo.
Debemos:
-Fortalecer
la comunicación escrita y nuestra comunicación, ya que será la principal manera
de compartir nuestro punto de vista y debemos hacerlo de manera adecuada para
que el mensaje no se vea distorsionado debido a errores de sintaxis, semántica
o gramática. Entender que no hay lugar para el sarcasmo o mensajes con doble
sentido en este espacio, ya que los mensajes no se comprenden de la misma
manera sin el lenguaje corporal que nos ayuda a descifrarlos mejor, es por eso
que debemos afinar nuestra capacidad de comunicación.
-Mejorar
nuestra relación con los compañeros, dejar de ser competitivos al ver quién
sabe más o quién lo hace mejor, ya que esto no tiene cabida en este modelo,
sino más bien, el alimentarse unos a otros con los conocimientos y puntos de
vista diversos.
-Gestionar
la administración de nuestro tiempo, debido a que seremos nosotros los responsables
de si se realizó o no un trabajo en tiempo y forma. Debemos darle prioridad al
estudio en nuestra variedad de actividades, y no hacerlo un pasatiempo al que
le dedicaremos unas horas cuando dispongamos de ellas, sino, hacer un espacio específico
en nuestra agenda.
-Tomar
una actitud crítica y cuestionar el conocimiento que se nos da. Esto va en dos
sentidos, crítica a nosotros mismos para mejorar nuestras formas de
aprendizaje, y también crítica
hacia la información, saber diferencias las buenas fuentes de las engañosas.
En
general, creo que lo más importante es ser conscientes de nosotros mismos, de
qué nos sirve para aprender y qué no, de qué tan responsables hemos sido, o nos
falta por ser en nuestro propio proceso de aprendizaje, y también es importante
estar dispuestos a emplear lo necesario para desarrollar las habilidades que el
modelo requiere, desde la inteligencia emocional, así como habilidades
tecnológicas y de interacción con los demás.